Con ayuda de especialistas, Noticias Columbia recopila señales para que identifique posibles situaciones de violencia en centros educativos.
¿Cómo reconocer si su hijo o hija es víctima de agresiones? ¿O si es el que agrede?
Luego de las vacaciones de medio período, miles de estudiantes regresaron a sus aulas este lunes 15 de julio para continuar con sus estudios.
Sin embargo, el regreso para algunos de ellos puede ser motivo de ansiedad, preocupaciones y malas experiencias.
Noticias Columbia consultó a profesionales en Psicología y en Orientación para saber cuáles señales pueden alertar a los padres y encargados sobre si su hijo es víctima de agresiones o las propicia.
¿Es mi hijo víctima de bullying?
La representante del Colegio de Profesionales en Orientación, Mónica Barquero, explicó que el bullying es un acto intencional y continuo que se puede presentar entre pares o en relaciones desiguales.
Para identificar si alguien es víctima de bullying hay ciertos parámetros a tomar en cuenta, según dijo Barquero:
- Impacto en la salud física: afectaciones en el sueño, dolores de cabeza, fatiga y, en casos extremos, autoinflingirse dolor
- Afectaciones psicológicas: ansiedad, inestabilidad nerviosa, miedo, sensación de insatisfacción o desconfianza de sí mismo, culpa
- Impacto en las relaciones familiares y sociales: poca comunicación, aislamiento
- Bajo rendimiento académico y desmotivación
Estados de ánimo, retiro y falta de satisfacción son parte de esos síntomas, según agregó la Dra. Ingrid Naranjo, psicóloga miembro del Equipo Técnico de la campaña “Frente al Bullying seamos el cambio”.
¿Es mi hijo quien agrede?
Con respecto a quienes ejercen violencia o agresiones contra otros, también pueden verse ciertos signos.
La falta de empatía y el romper reglas son parte de esas señales que pueden alertar a los encargados de estos niños y jóvenes, según comentó Barquero.
“Son chicos o chicas que tienen una dificultad para reconocer lo que están haciendo bien y lo que están haciendo mal, que tienen muy poca empatía por la otra persona, hay una confusión en sus valores morales, no logran diferenciar entre esto el bien y el mal y lo que realmente le puede provocar daño a la otra persona; también puede ser que los chicos que son violentos y que generan el bullying empiecen a tener ausentismo: van al colegio, se presentan, no ingresan a clases y empieza a generarse el ausentismo; hay una dificultad para seguir instrucciones, para seguir normas, para aceptar la autoridad, no afrontan sus responsabilidades y presentan altos y graves problemas de disciplina; también se vuelven personas insensibles, hay muy poca empatía, no sienten remordimiento por el daño que le están haciendo a las otras personas, tienen una incapacidad por comprender el sufrimiento que la otra persona puede estar pasando y puede estar viviendo por ser víctima de bullying”, señaló.
Tratamiento a casos de agresión
En estos casos debe darse un tratamiento y seguimiento individual, a criterio de la psicóloga Ingrid Naranjo.
Según la especialista, cada parte defendería su posición en caso de verse en el mismo espacio de abordaje.
“Hasta que no se trabaje en la individualidad, se generen las consecuencias y se pongan las responsabilidades según el caso que corresponda, no deberíamos de ni siquiera pensar en hacer un acercamiento entre las partes, ni siquiera con sus personas responsables adultas, porque ambas partes van a llegar a defender su posición y a cuidar su espacio: la víctima tiene secuelas y consecuencias del daño que recibe, y el victimario o el agresor y agresora se sirven de eso para ponerse también en una posición de víctimas cuando son identificados como las personas agresoras; es importante entender que el tratamiento de ambos es individual, es personalizado: uno es sobre las secuelas las consecuencias y el tratamiento, y el otro es sobre las responsabilidades y cómo las va a asumir tanto la persona estudiante como las personas adultas responsables de ese estudiante”, explicó.
