Un día llegó al colegio con la cabeza de un gato en las manos. Agresivo desde muy joven, empezó matando animales, pero luego se obsesionó con los taxistas y los homosexuales hasta convertirse en asesino serie. Creó y lideró una pandilla y mató a 23 personas. Investigación sostiene que el detonante que explotó su ira fue el día que se enteró que era adoptado.
Eran inicios de los años 90, cuando Ecuador fue testigo de uno de los episodios más descabellados de su historia: Los crímenes del asesino en serie más joven de la historia del país en aquel momento.
Y es que el asombro no era para menos, pues Juan Hermosa tenía sólo 15 años de edad cuando llevó el primero de los muchos asesinatos que cometería, según reportó la policía, en 1991.
El perfil de las víctimas de Hermosa, correspondía en su mayoría a taxistas y a miembros de la comunidad LGBTIQ.
Primeras señales de alerta
De acuerdo con el diario El Clarín, Hermosa nació el 28 de febrero de 1976. Debido a su pobreza, los padres del joven decidieron darlo en adopción a una familia conformada por Olivo Hermosa Fonseca, un militar ecuatoriano, y Zoila Amada Suárez, una ama de casa que sufría de sordera y artritis, quienes lo llevaron a vivir a Quito.
A pesar de que su madre estaba al pendiente de él constantemente, el joven tenía actitudes violentas que fueron llamadas de alerta ignoradas por sus padres.
El comportamiento de Juan era usualmente agresivo, y empezó a matar animales. Se dice incluso que un día llegó al colegio con la cabeza de un gato y cuando se le cuestionaba por estos hechos aseguraba que eran producto de la ira, al enterarse de que había sido adoptado.
El joven hizo malas amistades. Frecuentaba bares y discotecas, a pesar de ser menor de edad y creó una pandilla de la cual él era el líder.
Primeros delitos
Con la pandilla que había creado, Juan y sus cómplices empezaron con delitos menores como robos en comercios y casas; sin embargo, rápidamente los actos delictivos se hicieron más fuertes, sembrando terror entre la gente.
La primera muerte registrada por las autoridades a manos de Hermosa fue en 1991, cuando el joven y su grupo abordaron un taxi al terminar una fiesta. Los delincuentes atacaron al taxista y le propinaron dos disparos en la cabeza, abandonando de seguido el taxi que luego fue encontrado en un estrecho camino.
Como si quitarle la vida a una persona no fuera suficiente, tan sólo una semana después del crimen del taxista, el despiadado quinceañero acabó con la vida de su segunda víctima: un joven peluquero al cual junto con la pandilla le propinaron cinco disparos.
Al parecer el móvil del delito estaba relacionado con temas de homofobia, ya que la víctima pertenecía a la comunidad LGBTIQ+.
A partir de ese momento y, por un lapso de tres meses, se desató una ola de violencia a manos de Hermosa que fue apodado ‘El niño del terror’.
Vivo o muerto
Debido a la alta peligrosidad del criminal, las autoridades ecuatorianas comenzaron una búsqueda incesante para dar con el paradero de Juan Hermosa, al punto que se creó un Centro de Operaciones de Inteligencia con el objetivo de hallarlo, vivo o muerto.
Finalmente, el 9 de enero de 1992 fue encontrado en su casa. Pero cuando la Policía llegó para arrestarlo, él se defendió, lo que desató un intercambio de disparos que terminó con la muerte de su madre, quien recibió 11 disparos.
Una vez realizada la captura, el joven de 15 años fue condenado a tan solo 4 años; sin embargo, cuando llevaba la mitad de la condena logró escapar de la cárcel; posteriormente se fue a Bogotá Colombia donde se dedicó al robo de joyas, hasta 1996 cuando nuevamente fue detenido y enviado a prisión.
Trágico final
Tras su liberación, se fue a la Amazonía ecuatoriana con su padre, sin embargo, poco tiempo después, el 28 de febrero de 1996, día en que cumplía 20 años, su cuerpo fue encontrado junto al río Aguarico. El rostro estaba desfigurado y había sido torturado, tenía heridas de machete y balazos. Las autoridades nunca pudieron determinar quién lo mató.
El conteo de víctimas asegura que al menos 23 personas murieron a manos de Hermosa, pero quizás pudieron ser muchas más.
En 2011 se estrenó el documental Tras las sombras del niño del terror, dirigido, producido y escrito por Vladimir y Marco Soasti.
