OIJ previene a escolares y colegiales para que entiendan que situaciones que erróneamente ven como «normales» o de «risa» pueden tener serias consecuencias legales. Imagen con fines ilustrativos.
El jefe de investigación de la Sección Penal Juvenil de OIJ de San José, Gerardo Gutiérrez, explicó que el bullying no está tipificado como tal en la legislación, sin embargo, las conductas que se consideran bullying sí lo están.
Podemos citar algunas como ejemplo: lesiones, agresiones con arma, amenazas, hurtos, difusión de imagen sin consentimiento o hasta abusos sexuales.
Es decir, hay casos que ameritan la apertura de procesos judiciales ya sea por contravenciones, que son faltas menores o por delitos. Gutiérrez dio algunos ejemplos.
«Un lanzamiento de objetos. Algo como tirarle un borrador a alguien dentro del centro educativo es una contravención; siempre y cuando esa persona no tenga un daño físico. Si ya tiene un daño físico, ya es otro delito», dijo.
«Cualquier persona que ya tenga 12 años o más va a estar sujeta a la Ley Penal Juvenil. Entonces, va a entrar dentro de este grupo etario que si hace un tipo de broma como este, alguna amenaza, ya va a entrar en un proceso penal por amenazas agravadas», añadió.
Casos reales
El investigador mencionó algunos hechos que ha atendido el OIJ en diferentes centros educativos del país.
«A un estudiante, le quitan una gorra y él evidentemente va a reclamar su gorra. Como la persona ofensora no se la quiere devolver, entra en una discusión y la persona ofensora lo que hace es que levanta su pierna, le pega una patada en la cabeza y la persona ofendida cayó descompuesta, inconsciente», expresó.
En otra oportunidad atendieron el caso de un muchacho que ara acosado por otros estudiantes que querían forzarlo a participar dentro del grupo.
«Tanto fue el acoso que sufrió ese estudiante que en una ocasión, cuando esas personas fueron a molestarlo nuevamente, él se defendió con un arma blanca», recordó.
Gutiérrez hizo un repaso por estadísticas de denuncias, ingresadas en el primer semestre del año pasado, en las cuales se aprecia cómo después del ingreso a clases, los casos comienzan a aumentar. La suma del período fue de 647.
Testimonios
Además de poner énfasis en la prevención, la Policía Judicial, advierte que situaciones que muchos consideran solo como “cosas de estudiantes”, podrían ser tan serias que impliquen un proceso judicial.
Este es el caso de las amenazas, intimidaciones, agresiones, hurtos de diversa índole. Los menores de 12 a 17 años, pueden ser procesados con la Ley de Justicia Penal Juvenil.
Luego de escuchar las notas, varios padres de familia nos contactaron para compartir sus testimonios. Todos nos pidieron que no revelemos sus nombres y que distorsionemos sus voces para evitar que los reconozcan.
Un papá comentó que su hijo, de cuarto grado de escuela, fue víctima de colegiales que amenazaron con golpearlo si no les compraba alimentos.
Un joven, que actualmente tiene 20 años, nos contó que cuando estaba en un Colegio de Heredia, fue víctima, junto a otros compañeros, de un alumno que amenazó con herirlos con arma blanca.
El enojo del estudiante se originó por un conflicto en un trabajo grupal. El muchacho afectado asegura que no encontró la respuesta que esperaba del centro educativo.
La madre de este muchacho que acabamos de escuchar dijo que le sorprendió la forma en que el colegio abordó el caso pues el presunto agresor tenía problemas con más personas, entre ellas, docentes.
Otro padre de familia que nos contactó, expuso un caso ocurrido en una escuela privada en la provincia de Heredia y con niños pequeños.
Su hija, que estaba en primer grado comenzó a ser víctima de otro menor, de la misma edad, que al parecer golpeaba a sus compañeros de forma reiterada.
Varios padres y madres de familia se organizaron y exigieron al centro educativo tomar medidas. Al final, la familia del niño que cometía las agresiones, lo retiró de esa escuela.
