«Mi esposa y yo gritábamos de emoción. Fue un momento realmente hermoso», recordó Edgardo Piedra en conversación con Columbia
En setiembre del año 2013, el papa Francisco tenía apenas seis meses de pontificado. El educador y periodista costarricense, Edgardo Piedra Garita, estaba cursando una maestría.
Aprovechando esa coyuntura, viajó a Roma junto a su esposa Yesenia Monge y su hijo José María, quien en ese entonces era un pequeño de tres años. La familia cartaginesa fue al Vaticano con la intención de asistir a la audiencia de los miércoles del papa Francisco.
Piedra recuerda, entre risas, que un sacerdote argentino, amigo de él, le recomendó vestir a su hijo con una camisa del equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro para que llamara la atención del pontífice.
Esa idea no se pudo concretar, pero el objetivo era que «Chemita», como le dicen de cariño, pudiera estar cerca de Francisco.
La familia tica tomó posición junto a un grupo de hondureños y argentinos que amablemente accedieron a que el niño estuviera adelante pues conocían que al papa le encantaba saludar a los pequeños.
Durante una hora, aproximadamente, Piedra estuvo hablando con un oficial de seguridad para explicarle que venían de muy lejos y que si era posible que le acercara a «Chemita» al papa Francisco. La conversación era muy particular entre español, italiano e inglés.
Inicialmente el guarda le decía: «Non posso, signore» (no puedo, señor). Pero Piedra insistió.
«Al final es este, al que le insistí como una hora, el que le alcanza a mi hijo al jefe de la seguridad del papa, en aquel momento un señor de nombre Domenico… le alcanza a mi hijo (al papa). Él lo abraza, lo besa, lo bendice y mi esposa y yo gritábamos de la emoción. Fue un momento hermoso», recordó.
Después del inolvidable episodio, a lo largo de los años, en sus oraciones el niño pedía a Dios y a la Virgen por su amigo el papa Francisco. Ahora, «Chema» tiene casi 15 años de edad. Es un adolescente que lleva en su corazón esa experiencia.
Tras la muerte del papa, este lunes 21 de abril, fue inevitable que lo sucedido hace casi 12 años volviera a ser tema de conversación en la familia.
Edgardo Piedra tiene 52 años. Actualmente es el director general de Yorkín School, centro educativo donde estudia José María. Su esposa, Yesenia, es funcionaria del Banco Central.
