Al minuto 61′, todo parecía miel sobre hojuelas para el París Saint-Germain. Ganaba el partido 0-1 en el Santiago Bernabéu y el Real Madrid no le había hecho ni un tiro peligroso al elegido para atajar por el técnico visitante, Mauricio Pochettino, el italiano Gianluigi Donnarumma.
Entonces, sucedió… Un pasecito rutinario hacia el guardameta, se le hizo un “colocho” a Donnarumma, que se tardó en despejar y en lugar de hacerlo hacia un costado, se volvió hacia el centro, se dejó presionar por Karim Benzema y fue cuando ocurrió la desgracia que desmoronó al PSG.
El italiano le regaló la bola a Vinicios Jr. dentro del área y esté le pasó el balón al propio Benzema, que empató a uno. En ese momento el global todavía favorecía al París Saint-Germain, que había ganado en el Parque de los Príncipes, 1-0, con anotación de Kylian Mbappé.
Pero no. El pánico escénico de Donnarumma se esparció cuál virus en todo el equipo, que se quedó sin sistema inmunológico. El PSG se desmoronó psicológicamente, el Real Madrid se creció y con otro par de Benzema, en los minutos 76 y 78, dictó sentencia. El global terminó 3 a 2.
En la banca se quedó Keylor Navas, portero costarricense que hasta la semana pasada, alternaba en rotación de dos partidos cada uno con Donnarumma, hasta que Pochettino se decidió a darle ya la estelaridad total al joven de 22 años. Craso error.
Sentar a Navas, al tricampeón de Champions vacunado contra el nerviosismo, por poner a un niñito reclamón que se pasó quejándose de la rotación por medio de su representante, con el megáfono de medios italianos, le costó la eliminatoria a Pochettino.
Como dato curioso, los dos goles de Mbappé en la eliminatoria tuvieron complicidad de Courtois, un viejo “enemigo” de Keylor, por el que tuvo que irse de Madrid. En París se le fue la bola por “horqueta” y hoy el remate del “7” francés se le fue por el primer poste, el que él debía cubrir (39′).
Este miércoles también se clasificó a cuartos de final el Manchester City de Inglaterra, que empató a cero con el Sporting de Lisboa, Portugal, pero que en la ida había aplastado cinco a cero.
El martes se clasificaron los equipos Bayern Múnich y Liverpool. Uno con pasmosas facilidades y el otro dejando los pelos en el alambre.
Los alemanes se sacudieron tras dejar dudas en Austria, donde empataron 1 a 1. En Múnich el Bayern aplastó 7×1 para despejar todas las incógnitas.
Por su parte, los ingleses sí que sudaron la gota gorda. Habían ganado de visitantes, 0 a 2, pero este martes sucumbieron de locales, 0 a 1, haciendo que sus parciales se comieran las uñas, dejándoles en suspenso hasta el último segundo del tiempo de reposición.
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