Según la Organización Mundial de la Salud, el hígado graso es la enfermedad hepática más prevalente en el mundo, afectando a más de uno de cada tres adultos y al 10% de los niños.
Las consecuencias de sufrir de hígado graso pueden ir más allá de las afectaciones en este órgano, según explican los expertos.
Según la Organización Mundial de la Salud, el hígado graso es la enfermedad hepática más prevalente en el mundo, afectando a uno de cada tres adultos y al 10% de los niños.
Aunque se ha demostrado que el hígado puede regenerarse eficientemente con tan solo un 25% de su masa total, las sobrecargas constantes pueden comprometer su capacidad regenerativa, llevándolo a enfrentar daños irreversibles.
El gastroenterólogo de Clínica Equilibrium, Dr. Wagner Ramírez, explicó que la enfermedad se presenta por la acumulación anormal de grasa en este órgano.
“Todo esto hace que se manifieste en el hígado un acumulo de grasa, sobre todo por aporte excesivo de nutrientes, principalmente azúcares simples de la dieta, no tanto grasas, que lleva a que el hígado acumule una gran cantidad de grasa importante, que en algunas personas predispuestas va a llevar a un proceso inflamatorio, que va a llevar a una hepatitis por hígado graso, que lleva a cicatrizar al hígado, hasta el punto de desarrollar cirrosis sin haber estado expuesto al consumo de licor”, explicó.
El médico agregó que “la causa más importante es la disfunción metabólica, sobre todo asociado a exceso de consumo de calorías por carbohidratos simples, harinas refinadas, azúcares refinados, asociados a pacientes con alto riesgo metabólico como puede ser personas con sobrepeso, obesidad y diabetes”.
El experto señaló que una de las consecuencias más graves de esta enfermedad es el desarrollo de una hepatitis asintomática,
“La presencia de hígado graso metabólico hace un llamado a la atención a la salud cardiovascular de los pacientes, porque si bien es cierto aún cuando no hayan desarrollado complicaciones de su enfermedad en el hígado, esto nos habla que hay una disfunción metabólica y, por tanto, un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular, como infarto agudo al miocardio y derrames cerebrales”, acotó.
Al no existir un medicamento específico para esta enfermedad, el trabajo multidisciplinario es clave para tratar el hígado graso, según dijo el doctor Ramírez.
“El tratamiento farmacológico para la enfermedad es un área de muchísimo estudio, porque se estima que, aproximadamente, uno de cada tres personas en el mundo, o dos de cada tres diabéticos, van a tener enfermedad por hígado graso. Por esta razón, dentro de lo que se está estudiante son medicamentos que controlen el proceso de la grasa, la inflamación y la cicatrización; no obstante, al día de hoy, no contamos con una herramienta farmacológica importante que, de primera línea, ataque esta condición”, indicó.
“Por eso, lo más importante es la atención y el trabajo en conjunto con nutrición, endocrinología y los expertos en enfermedades del hígado, con la idea de determinar cuál es la mejor intervención para estos pacientes”, agregó el doctor.
Finalmente, el especialista recordó que se debe de mantener estilos de vida saludables y chequeos médicos para evitar la enfermedad o sus complicaciones.
