Ofrecen un trabajo muy sencillo, que se puede hacer con el teléfono, pero las personas terminan perdiendo dinero.
La Sección de Fraudes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) avisa a la ciudadanía de un nuevo tipo de timo o engaño con el cual le pueden arrebatar su dinero a través de Internet.
A las víctimas les llega una tentadora oferta laboral mediante un mensaje en redes sociales o en plataformas de mensajería como WhatsApp y Telegram.
Alguien que dice ser de una empresa explica que la labor consiste en observar contenido digital, como videos, y dar “likes” (me gusta) para impulsar la difusión del contenido. La promesa es que habrá un pago por realizar estas acciones.
Según el reporte de la Policía Judicial, al inicio a la persona afectada se le hacen algunos pagos pequeños para que se entusiasme y quiera mantenerse “trabajando” con un número específico de tareas. Las comunicaciones son vía mensajes.
Posteriormente, el asunto da un giro extraño. Se pide a los usuarios que paguen dinero a cambio de acceder a un nivel mayor de tareas que, a su vez, significará una mayor remuneración.
El jefe de la Sección de Fraudes, Joshua Ramírez, explicó que hay casos de personas que “acumularon” sumas de ¢800.000 o hasta ¢1 millón, realizando estas tareas con la expectativa de que les fueran reconocidas económicamente. El investigador añadió que, posteriormente, llega una comunicación que termina de agravar la estafa.
“La persona encargada del chat o la que se presenta como administradora, lo que dice es que deben realizar un depósito un poco más grande, de ¢100.000 o ¢200.000 para poder cubrir temas del Ministerio de Hacienda, en este caso, relacionado con el impuesto de la renta”, explicó.
“Al ser un trabajo irregular o no formal, pues no tiene ningún tipo de relación (con Hacienda), por ende, es como el final de la estafa y es en este momento donde los ofendidos notan que están siendo timados o que hay falsedad en la información que están recibiendo y se presentan a presentar la denuncia”, añadió.
Ramírez indicó que durante el proceso, hubo víctimas que pagaron sumas de ¢20.000 o ¢30.000 por acceder a las tareas.
Lamentablemente, hay casos de personas que, con tal de tener la opción de trabajo buscan dinero prestado para ingresar a este sistema con la intención de recuperar el dinero después. Al final, cuando los afectados reclaman su dinero, nadie les contesta o son bloqueados de los grupos de mensajería.
A la fecha, el OIJ ha recibido aproximadamente 15 denuncias por este tipo de estafa para un perjuicio económico que ronda los ¢9 millones.
“Todo es por mensajería, nunca hay un contacto físico, no hay un contrato, todo queda meramente en la informalidad”, resaltó el oficial.
