Según cifras del Ministerio de Salud, unas 5.000 personas padecen esta enfermedad en Costa Rica.
En 2023, según cifras del Ministerio de Salud, al menos 5.000 personas tienen depresión en Costa Rica. Este número es aún más alarmante cuando, dentro del país, únicamente se cuenta con un recurso de 130 profesionales en psiquiatría.
Esta situación es multicausal, sin embargo, en entrevista en Por Tres Razones, la psicóloga Paola Vargas señaló que un detonador de esta enfermedad puede ser el vivir con temor por la situación que atraviesa Costa Rica o el mundo en temas de seguridad.
“A pesar de que tenemos una situación, a nivel mundial y de país, de inseguridad, de violencia, cuando nosotros simplemente nos encerramos en este pensamiento y decimos: ‘es que no quiero salir, me da miedo, no hay un lugar seguro’, eso nos puede empezar a desarrollar una patología. Entonces, si hay personas que se identifican con ese pensamiento, hay que prestarle cuidado. En algún momento se sintió de una manera similar cuando era la pandemia. A muchas personas les costó mucho volver a salir, enfrentarse a este mundo en el que nos desarrollamos, ya sin mascarilla, distanciamiento y demás. Ahorita, tal vez no es un virus, pero es esta violencia que se propaga como un virus y que también nos roba vida, nos quita personas muy valiosas de nuestro entorno y es válido el sentimiento, pero no normalizarlo en que el día a día me genere temor o ansiedad porque, realmente, se puede convertir después en una enfermedad mental”, explicó Vargas.
Según la profesional en psicología, quienes conviven con personas que enfrentan la enfermedad de la depresión cuentan con diferentes formas de ayudar.
“En el acompañamiento de buscar un profesional con las herramientas necesarias. A veces, cargamos con familiares, parejas o nuestros hijos como si supiéramos qué estar haciendo y eso abruma mucho. ‘Bueno, es que si viene una persona tan cercana a mí y me dice que no quiere vivir más, ¿Qué voy a hacer?’ Algo que hay que tener mucha claridad es que una persona que no tenga estudios sobre salud menta, un profesional en psiquiatría o psicología, no debe sentir culpa por no saber qué hacer”, mencionó la especialista.
Eso sí, Vargas enfatizó que es importante reconocer hasta dónde es prudente o adecuado intentar ayudar a una persona con depresión.
“Llegamos hasta donde la persona lo permita, pero siempre ese acceso se va a ir delimitando basado en el respeto. Si mi respuesta inmediata es: ‘Otra vez te estás quejando, ¿Cómo vas a sentir miedo?’ Ante ese comentario, vea que usted en ningún momento la validó. ‘Es un comentario fuerte, importante, me he podido sentir de esa manera’ y validamos lo que la persona está expresando. ¿Cuándo es que yo ya cruzo es línea que se puede volver irrespetuoso? Cuando simplemente cuestiono o incluso hago mofa de ese tipo de expresiones, si no me detengo a cuestionar desde la prevención y el cuidado. Hay herramientas para evitar una catástrofe, una situación de salud mental que realmente cobre la vida de alguien”, aseguró la psicóloga.
Finalmente, Vargas celebró que el país esté avanzando con el proyecto de ley, aprobado en primer debate en la Asamblea Legislativa, de la Ley de Salud Mental.
Eso sí, la experta aseguró que aún hay más mecanismos que se pueden realizar desde políticas públicas para ayudar a mitigar los efectos de esta problemática.
“Este primer paso que es poder tener una ley, que es visibilizar, que se necesita, yo lo celebro y a nivel de Colegio de Profesionales en Psicología también porque, bueno, como toda ley hay personas que no están totalmente de acuerdo. ¿Se le pueden hacer mejoras? Sí, pero es darnos cuenta que necesitamos trabajarlo, que necesitamos darnos cuenta de que esta falta de acceso, no es por falta de profesionales porque profesionales hay, hay que darles plazas, darles espacio, darnos cuenta de las alianzas que se pueden generar. Primero es dejar de negar una realidad”, agregó Vargas.
