“Arriesgué mi vida pero gracias a Dios no pasó a más”, dijo conocer tras conocer la sentencia para el hombre que lo hirió con arma blanca
Debido a un proceso judicial por flagrancia, solo un mes bastó para que un hombre fuera condenado a 25 años de cárcel tras su intento de asaltar un autobús en la autopista General Cañas.
La noche del 7 de febrero fue noticia el intento de asalto a los pasajeros de un autobús de la ruta San José-San Ramón cuando transitaba por la autopista General Cañas.
El conductor tomó una decisión valiente pero arriesgada: se enfrentó al delincuente. En el forcejeo, resultó herido de arma blanca en el cuello y la espalda.
Varios pasajeros le ayudaron a someter al sospechoso hasta que llegó la Policía.
El Poder Judicial informó que el 8 de marzo, el sujeto de apellido Pérez, fue condenado a 25 años de cárcel por los delitos de tentativa de homicidio y robo agravado. Es decir, solo transcurrió un mes entre los hechos y una fuerte sanción.
La diferencia en este caso la hizo el hecho de que la persona fuera detenida in fraganti o en el acto. Esto permite que, en las zonas donde hay esa posibilidad, se realice un proceso por flagrancia.
En Noticias Columbia conversamos con Melvin Jiménez Sánchez, el chofer que se enfrentó al asaltante. Él se mostró satisfecho por el resultado del proceso judicial pues considera que se realizó rápidamente.
“Lo que les dije (a los jueces) fue que ellos tenían la última palabra pero que realmente era una persona peligrosa y que no debía estar libre…que yo había hecho todo lo que había podido pero que quedaba en manos de ellos la última decisión. Satisfecho porque para mí, creo que le dieron lo justo. Es una persona muy agresiva, quiso matarme”, dijo.
Jiménez tiene 11 años de trabajar para Empresarios Unidos. Recordó que al transitar cerca del Castella, el asaltante se le acercó, lo amenazó y le dijo que no hiciera nada ni pidiera ayuda.
Luego el hombre, armado con el cuchillo, comenzó a despojar a los pasajeros de sus pertenencias.
Antes de llegar al peaje de Alajuela, la fila obligó al conductor frenar el bus y fue cuando tomó la decisión de intervenir. Con el primer objeto que tuvo a mano, se defendió.
“Yo paré el bus, puse las señales de emergencia. Procedí a levantarme del asiento y buscar con qué defenderme. Lo que andaba era un termo metálico. (El asaltante) llegó a querer salir (del bus), que fue cuando un usuario le dijo algo, no recuerdo qué. Él se devolvió como a amenazarlo con el puñal y fue cuando le di con el termo”, recordó.
“Ahí procedí a agarrarlo del cuello, a sostenerlo. En ese momento fue que él me tiró los dos ‘chuzazos’ con el puñal que andaba”, añadió.
Tras analizar la situación en frío, Jiménez reconoce que expuso su vida, pero afirma que esa fue su reacción al momento de la emergencia.
“La decisión la tome porque no quería que él se escapara porque, aparte de que me había amenazado de matarme y a todos los usuarios, se había robado un montón de cosas… teléfonos y tarjetas. Seguro del mismo susto y la adrenalina reaccioné así”, dijo.
“En primera instancia esa fue reacción. Sí, arriesgué mi vida pero gracias a Dios no pasó a más. El muchacho está detenido y no pasó a un nivel más grave (la situación).
El conductor del bus dijo que en su trabajo y familia hubo reacciones divididas pues además de reconocerle su valentía, le dijeron que se arriesgó mucho. Afirma que ahora tiene una sensación distinta al laborar.
“Solo Dios me pudo salvar de eso. Yo entré (a trabajar) como a los dos días después (del incidente). Uno no trabaja con la misma tranquilidad que trabaja antes, jamás, porque uno siempre anda pendiente y se acuerda de eso pero Dios me ha dado fuerza y aquí estoy”, aseveró.
Mientras la sentencia queda en firme, el imputado debe continuar en prisión preventiva.
