Este es un resumen de todos los hechos que el Ministerio Público atribuye al acusado en el juicio. El hombre hizo una manifestación en la que dio a entender que no considera como fallecida a la niña.
La mañana de este miércoles 2 de octubre, en los Tribunales de Cartago, comenzó el juicio contra un sujeto de apellido Casasola, de 34 años, acusado por la sustracción de la niña Keibril Amira García Amador, de solo nueve meses de edad. Año y medio después de los hechos, se desconoce el paradero de la menor.
Al inicio del debate, la fiscal Edith Morera leyó la acusación en contra de Casasola en la que se hace un extenso recuento de todas las circunstancias previas del hecho y cómo presuntamente ocurrió la sustracción de Keibril el 9 de abril del 2023.
Este es un resumen. Por disposiciones legales, debemos omitir los nombres de las personas menores de edad y el nombre completo del acusado.
Primera víctima
La pieza acusatoria detalla que Casasola era el compañero sentimental de una mujer de apellido Amador, que actualmente tiene 31 años. Ambos tienen una hija en común de casi cuatro años.
De una relación anterior, Amador tiene un hijo de 12 años y una hija de 15 años; ella es la madre de Keibril.
Casasola convivió con Amador aproximadamente tres años (2019-2022) y vivían en Cervantes de Alvarado, Cartago. Es decir, el hombre fue el padrastro de la adolescente.
La Fiscalía alega que el sujeto aprovechó esa circunstancia para tener contacto sexual con su hijastra, de tan solo 12 años en esa época.
La acusación reseña que una noche, en algún momento entre abril y setiembre del 2021, Casasola presuntamente violó por primera vez a la menor. Para ello aprovechó que Amador estaba dormida. Los hechos habrían ocurrido en la cocina de la vivienda.
También en setiembre del 2021, Casasola supuestamente cometió la segunda violación en circunstancias muy similares a la primera.
Esto lo realizó «sacando ventaja de su condición de adulto en relación con la persona menor de edad, de su relación de parentesco, por afinidad, al ser su padrastro y de no ser supervisada la víctima en ese momento por ninguna persona adulta».
Entre setiembre y diciembre del 2021, el Ministerio Público ubica una tercera violación que habría ocurrido también en condiciones muy parecidas a las anteriores.
Como consecuencia de las agresiones sexuales, la niña quedó embarazada y dio a luz a Keibril Amira el 10 de julio del 2022.
La prueba de ADN
Tras el nacimiento de Keibril y la recepción de una denuncia anónima, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) inició un proceso administrativo.
«Luego de realizar la intervención de rutina se entabló un proceso de investigación de paternidad ante el Juzgado de Familia de Cartago», explicó Morera.
El Juzgado ordenó la extracción de sangre de las menores de edad y de Casasola con el fin de realizar una prueba que determinara si había «coincidencia de marcadores genéticos».
Esa diligencia debía hacerse el 12 de abril del 2023. El hombre fue notificado la mañana del 27 de febrero de ese año. «(…) momento a partir del cual, el mismo tenía pleno conocimiento de la fecha y hora de la prueba de marcadores genéticos», añadió la fiscal.
El plan y el engaño
La acusación establece que Casasola sabía que era el padre biológico de Keibril y por eso buscó la forma de sustraerla antes de que se hiciera la prueba de paternidad.
La intención del sospechoso era aprovechar la relación de confianza y la condición de vulnerabilidad de su hijastra para que ella le entregara a la bebé.
Fue así como el hombre mantuvo contacto con la adolescente que, para ese momento, ya tenía 13 años. De acuerdo con la cronología, para esa época, el sospechoso ya no convivía con Amador.
«Mediante engaño y manipulación le hizo creer falsamente que, al confirmarse su paternidad con relación a la persona menor de edad, Keibril García Amador, su madre (Amador), él y ella misma irían a prisión y que tanto Keibril como sus hermanos quedarían en un albergue desprotegidos», relató Morera.
«(…) por lo que le propuso entregar a Keibril a unos amigos en el extranjero quienes la cuidarían por un período tiempo suficiente para que ella adquiriera la mayoría de edad. Luego de ello, le devolverían a la niña y los tres formarían una familia», añadió.
La sustracción
El Ministerio Público sostiene que la adolescente creyó lo que decía Casasola y aceptó entregarle su hija debido «a su corta edad, inexperiencia, falta de madurez emocional y psicológica, su condición de vulnerabilidad y normal desarrollo sexual interrumpido».
El 9 de abril del 2023 aproximadamente a las 11:13 de la mañana, la adolescente llegó a la localidad de Mata Guineo, sitio acordado con Casasola para entregar a Keibril.
Esta acción la efectuó, «convencida que era la única forma de no ir a la cárcel, ella, su madre y el acusado con quien había generado un vínculo afectivo y a futuro poder conformar una familia con el acusado y su hija», dice la acusación.
Casasola llegó al lugar a bordo de un vehículo gris, modelo 1993, que en la tapa tenía una imagen de los personajes de ficción Joker y Harley Quinn.
El hombre se aproximó a su hijastra y le exigió que le diera a la pequeña. «La agraviada, temerosa por la decisión tomada, en ese momento se retractó y le indicó al encartado Casasola Salas que ‘mejor ya no’. Pese a la negativa de la ofendida, el acusado sujetó con firmeza a la persona menor de edad ofendida, Keibril García Amador y la jaló hacia él, por lo que la ofendida (la madre de la bebé) la soltó», expresó la fiscal al Tribunal.
La acusación menciona que Casasola se llevó a la bebé y la ocultó sin que hasta ahora se conozca su paradero. Por todos estos hechos, la Fiscalía le atribuye el delito de sustracción de persona menor de edad y tres delitos de violación calificada.
¿La da por viva?
El acusado, quien descuenta prisión preventiva, se abstuvo de declarar cuando la jueza Magaly Hernández le consultó si deseaba hacer alguna manifestación.
Casasola tuvo que cumplir con el proceso de identificación ante el Tribunal, el cual consiste en dar información como su nombre completo, nombre de sus padres, dirección, ocupación y algunos detalles generales de salud.
Cuando Hernández le preguntó si tiene hijos, respondió que es padre de cuatro menores de edad. Uno de 14 años, una de 11 años, una de cuatro y expresó que ‘Kei’, de dos años.
De inmediato la jueza le preguntó: «¿Y quién?». «Keibril de dos», contestó.
La defensora pública, Jeimy Hernández, dijo a los medios de comunicación que no brindará declaraciones sobre el caso. Al Tribunal indicó que, de momento, no haría referencia a la acusación de la Fiscalía ni a la estrategia de defensa.
Hernández pidió a los jueces que se advirtiera a los medios que Casasola se acogía a su derecho de que su imagen y voz no fueran grabadas en el juicio, hecho que el Tribunal aceptó.
