El técnico de Puntarenas FC, Alexander Vargas, confesó en Columbia Deportiva lo que significó llegar al Puerto pocos días antes de iniciar el Torneo de Apertura.
El odontologo logró clasificar a la segunda ronda, en el torneo que los tiburones regresaron a la máxima categoría.
Sin embargo, el inicio fue complicado porque algunos aficionados no estaban muy convencidos de su capacidad para ser el capitán del barco anaranjado.
“Es una afición muy exigente, vive mucho el fútbol, le encanta ir todos los domingos al estadio”.
“Ese 4 de julio que yo llegué a Puntarenas, no fue un día muy bonito porque ese mismo día mucha gente llegó al entrenamiento a gritarme cosas y a meterse conmigo, pero eso me dio mucha fuerza, fue una dosis de vitamina para trabajar más”.
“Obviamente yo respeto y quiero muchísimo a la afición y los entiendo, conforme iban pasando los partidos muchas cosas fueron cambiando, estoy muy agradecido con la diligencia, los jugadores y la afición, que ha sido muy exigente y me ha hecho crecer”.
Vargas es consciente que la mejor forma de ganarse a los seguidores del equipo es con triunfos en la cancha.
“De eso vivimos los entrenadores, cuesta mucho acá en Costa Rica la palabra proceso, es muy complicado de cumplir, acá los resultados son los que van a estar a la vista de todos los aficionados, entonces la mejor manera de sentirse acuerpado es ganando, haciendo partidos y sacando jugadores que es muy importante darle minutos a muchachos jóvenes”.
El estratega sigue mezclando su trabajo en el banquillo con algunas citas en las que atiende algunos pacientes en su clínica de odontología en Belén.
Comentó que algunas semanas aprovecha el día libre para compartir en familia y de paso saca un rato para ver a los pacientes y seguir ejerciendo su otra profesión.
