Grecia dejó muy claro por qué va de colero. No pudo aprovechar jugar con un hombre más desde el minuto 8 de la primera parte, ganando 1 a 0. Terminó perdiendo 2 a 3 frente a un aguerrido Liberia, claramente superior. La jugada más ilustrativa de la diferencia entre los dos equipos fue la del tercer gol: El diminuto pero corajudo Ignacio Gómez le ganó una bola dividida de cabeza al inoperante gigantón Rodrigo Noya, que pecó de pasivo y no le valió de un rábano su 1,95 metros de altura. El confite lo mandó a la red Daniel Colindres, para dictar sentencia. Grecia se mantiene donde merece, el sótano, a cuatro puntos de San Carlos.
En solo 10 minutos le habían pasado dos “desgracias” a Liberia. Al 3′ ya iba perdiendo mediante cobro de penal bien ejecutado por el “Coco” Jeancarlo Agüero, tras falta del portero Daniel Villegas sobre Andy Reyes.
Al 8′, lo peor y más anómalo, insólito. El árbitro Josué Ugalde no sancionó una acción que el “10” Marvin Angulo consideraba falta, la jugada siguió con aparentemente normalidad hasta que el volante chocó con el juez, empujándolo por la espalda, haciéndolo trastabillar. Apenas se incorporó, el silbatero le mostró la tarjeta roja, directa. Los ánimos se caldearon, pero la decisión estaba tomada.
Perdiendo 1 a 0 y con uno menos desde el alba del juego, Liberia no hizo sino remar contra corriente frente a un Municipal Grecia que se frotaba las manos… De ganar, los helénicos se colocaría a un solo punto del penúltimo lugar, San Carlos.
Empero, por algo han ido de últimos todo el certamen. Aún con 10, Liberia fue mejor y consiguió la paridad al 32′ gracias a un tiro libre que pegó con furia José Sosa, con un desvío en el camino que terminó de descolocar al “Chavo” Gómez.
Aunque Grecia recuperó la ventaja al 39′ con un cabezazo de Jefferson Rivera, los pamperos no se rindieronn y volvieron a empatar, de nuevo gracias al cañón que tiene Sosa en su pierna izquierda. Su trallazo lejano ni lo vio pasar Gómez. Con el 2-2 se fueron al descanso. Marcador mentiroso, porque Liberia era más que Grecia, a pesar de la inferioridad numérica.
En la complementaria poco a poco parecía que Grecia impondría su hombre de más, producto del cansancio visitante con uno menos, pero surgió un balonazo que incomprensiblemente el pequeño Ignacio Gómez le ganó de cabeza al gigante Rodrigo Noya. El imperdonable error del grandulón argentino lo aprovechó Daniel Colindres para anticipar el lento y temeroso achique de Gómez para anotar el 2 a 3 (78′). Y fue todo. Grecia no tuvo ni pundonor para responder con algo.
