Quien creía que el talento costarricense es un recurso agotable que se extinguió con Brasil 2014 chocó con una pared que se llama Luis Fernando Suárez, el DT colombiano que siempre confió en las canteras ticas y se atrevió a quitarles la coraza de piedra a los diamantes que fue descubriendo, puliendo y haciendo brillar… ¡en plena eliminatoria mundialista!
La apoteósis de la valentía-convicción de Suárez fue este miércoles, cuando guardándose titulares con tarjeta amarilla para el repechaje contra Nueva Zelanda, se atrevió a salir con una preolímpica reforzada con Navas, Waston y Vargas… ¡Y le ganó 2-0 al campeón de la Copa Oro y de la Concacaf Nations League, Estados Unidos!
A Suárez hay que agradecerle y aplaudirle. Aplaudirle y agradecerle. Por devolvernos la ilusión. Eso sí, a sabiendas que falta lo más importante: ganarle a Nueva Zelanda para clasificar al mundial.
Hasta los consagrados celebran que en casi, en casi todos los puestos halla relevo generacional.
Dos generaciones más abajo, después de darse cuenta por qué esas dos camadas no consiguieron prácticamente nada en torneos menores, Suárez escarbó más profundo y por fin halló los diamantes que encarnan el relevo en casi todas las zonas: zaga central, laterales, contenciones, extremos, creación y ataque… Faltaría la portería, pero es demasiado pedir que surja un nuevo Keylor. Solo faltaría que otra nave espacial se estrelle en territorio costarricense, como el que cayó hace poco más de 35 años en Pérez Zeledón.
Keylor Navas: Dos tapadones en la inicial, uno a Miles Robinson y otro a Ricardo Pepi; tres en la segunda, a los mismos rematadores y uno extra a Pulisic, en el que se dobló la rodilla y pidió cambio por precaución. ¡Cinco tapadas increíbles! Es de otro planeta.
Carlos Martínez: No desentonó. Taponeó bien las incursiones de Antonee Robinson.
Kendall Waston: Se tuvo que fajar más que en el resto de partidos, con rivales casi tan altos como él.
Juan Pablo Vargas: Solvente, como si estuviera jugando Francisco Calvo, lo cual es mucho decir. La cerecita del queque fue abrir la cuenta con un golazo de cabeza, en medio de los rascacielos estadounidenses.
Ian Lawrence: Sufrió mucho más que Martínez, porque Deandre Yedlin fue el más relevante jugador de U.S.A.
Orlando Galo: Se nota lo que ha aprendido a la par de Yeltsin Tejeda.
Daniel Chacón: Irreverente, les celebró en la cara a los gringuitos los cruces, las anticipaciones, trabonazos y, en general, los balones que les quitó de los pies.
Brandon Aguilera: Talento puro, se saca conejos del sombrero. Córner quirúrgico para el 1 a 0.
Carlos Mora: A partir de aquí, la “Sele” se fue desdibujando… Igual que con el equipo titular, que defiende bien pero le cuesta atacar. Esforzado, pero poco claro.
Jewisson Bennette: Un poco más participativo que Mora. Como no le llegó mucho balón con ventaja, procuró ir a buscarlo él mismo. En la complementaria dio la asistencia para el segundo gol con el que Costa Rica enterró las esperanzas de EE.UU.
Anthony Contreras: Lógicamente, con menos experimentados surtiéndole balones, lució más tipo “Llanero Solitario” en la primera parte, pero en la segunda se destapó con un gol que celebró a todo pulmón, el 2-0 que liquidó al Tío Sam.
Yeltsin Tejeda: Jerarquía. Entró a imponer respeto en la primera mitad y lo hizo.
Douglas López: En esta “Sele-Suárez” parece que ya nadie desentona. El que entra cumple bien dentro de un esquema ya tan mecanizado gracias a los microciclos.
José G. Ortiz: Esforzado. Poco profundo, pero marcando salida, incomodando al rival.
Alonso Martínez: Entró a partirse el alma para ayudarle a Martínez a contener los embates por ese sector. Misión cumplida.
