La Selección Nacional lo hizo perfecto. Tenía que golear a un equipo tan paupérrimo y caricaturesco como Belice. Y lo hizo. Cumplió con creces. Pero ciertamente no es parámetro. Es un rival en exceso malo que no permite medir nada.
Patrick Sequeira: Se pudo haber jugado sin portero y no pasaba nada. Así de malo es Belice.
Carlos Mora: Se dio gusto profundizando sin preocupaciones defensivos.
Jeyland Mitchell: Partido fácil. Incluso anotó de cabeza sin necesidad de saltar. Ojalá no se haya lesionado, sería lo más sin gracia del mundo.
Fernán Faerron: No tuvo ni la más mínima complicación.
Francisco Calvo: De sus partido más fáciles de toda la vida.
Ariel Lassiter: Al igual que Mora, jugó a sus anchas.
Orlando Galo: Recuperó las que quiso y las pasó sin trabas. Salió por precaución tras sufrir un golpe en la cabeza.
Brandon Aguilera: Nunca había tenido tantas facilidades en un partido internacional.
Kenneth Vargas: Anotó a medio metro del marco. Sin marcas.
Alonso Martínez: No pudo concretar, pero se dio gusto sirviéndoles bombones a sus compañeros. Dio par de asistencias.
Manfred Ugalde: Doblete y dos bolas en los tubos. Misión cumplida.
Josimar Alcócer: Se comió el banquete. Encima de malo, el rival estaba cansado cuando él entró.
Álvaro Zamora: Anotó doblete y se devoró una solo frente al marco.
Andy Rojas: Profundo, vertical, produjo. Pero diay… contra rivales de mentirillas.
Alejandro Bran: No se notó ninguna diferencia con respecto a Bran.
Alexis Gamboa: Entró en lugar del lesionado Mitchell. Tampoco tuvo trabajo.
DT Miguel Herrera: Planteamiento súper ofensivo contra el «quequito» beliceño. Un 3-4-3 que frente a un rival de verdad sería arriesgado.